El Grupo Esfuerzo. La batalla de las ideas.

La historia de las publicaciones anarquistas en Uruguay nació al calor de las primeras experiencias mutualistas de obreros y artesanos en la segunda mitad del siglo XIX. Si bien a principios de la década de los 70 surgieron publicaciones como Revista Espiritista (1872) o La Acacia (1873) -experiencias de librepensamiento que influenciaron en el anarquismo decimonónico-, no será hasta el ingreso de la sección uruguaya en la AIT (1877), que se creó la primera publicación netamente libertaria, El Internacional (1978). En paralelo, se fundaba la Federación Regional de la República Oriental del Uruguay (posterior FORU) en 1876, publicando a partir de 1882 La Revolución Social. En 1884, salió a la luz La Lucha Obrera, órgano de propaganda de la Federación Internacional de Trabajadores del Uruguay. A todas estas le seguirán muchas otras: El derecho a la vida (1883-1900), Federación de Trabajadores (1885), La Aurora Anarquista (1899-1901), La Verdad (1897-1898), El amigo del pueblo (1899-1900), Tribuna Libertaria, Futuro, Primero de Mayo, La Idea Libre, El Obrero… Y entrado en  el nuevo siglo, nuevas publicaciones libertarias, junto a folletos, pasquines y manifiestos, seguirán viendo la luz: El Anárquico (1900), El Libertario (1900), La Rebelión (1902-1903), La Emancipación (1907), Solidaridad (1912-1970), El Surco (1909) (ex-Tribuna Libertaria), La Nueva Senda, Ideas, Tiempos Nuevos, Guerra Social (1911)

La difusión de todas estas publicaciones tiene campo para recorrer gracias al predominio de las organizaciones anarquistas en el movimiento obrero; en la década de los 20, 90.000 de los 117.000 obreros industriales estaban afiliados al FORU. A pesar del terreno que el Partido Comunista empezó a ganar a partir de su fundación en 1920, el bagaje anarquista en el campo de las ideas y la propaganda era inmenso, y muestra de ello es la existencia también a partir de la segunda década del siglo XX de publicaciones como Anarkos (1921-1922), Acción Libertaria (1929), La Voz Rebelde (1933) o Esfuerzo (1936-1938).

Esfuerzo nació en febrero de 1936 gracias a la iniciativa de un grupo de jóvenes anarquistas con una amplia trayectoria de lucha en el ámbito universitario y sindical. A cargo de la edición estuvo Jose María Ferreiro, del que casi nada sabemos. En la redacción encontramos a Luce Fabbri, Carlos M. Fosalba, Pedro Tufró, Virgilio Bottero, José B. Gomensoro, Federico G. Ruffinelli y Roberto Cotelo. Debido a que la inmensa mayoría de textos no estaban firmados (lo cual era una política de la revista), una atenta lectura de los mismos nos lleva a la posibilidad de que hubiera otros integrantes (por ejemplo, Luís B. Pérez).

Esfuerzo Portada 1

Portada del primer número de Esfuerzo (1936)

En su primer editorial apuntaba los propósitos que guiarán la publicación:

Esfuerzo es una revista anarquista que se propone realizar una vasta labor en el campo de las ideas. Creada sin finalidad especulativa y para el ensayo de una obra positiva y práctica principalmente, su aparición puede ser el punto de partida para un seguro resurgimiento de las actividades proselitistas y para una acción posterior de trascendencia social.

A lo largo de los 14 números que el denominado “Grupo Esfuerzo” publicó, podemos entrever la lógica con la que fue estructurado su contenido. Cada número abría con un editorial. Este editorial solía contener textos de carácter ideológico en los que se apuntaba repetidas veces a la importancia que la revista podía jugar en la batalla de las ideas. Acto seguido se incluían textos firmados por anarquistas contemporáneos de la región, como Rafael Barrett, Diego Abad de Santillán, V. Orobón Fernández, Luigi Fabbri, Juan Lazarte, Sebastián Faure, Gastón Leval o Severino Campos; textos de fundamentación ideológica escritos por autores de otras latitudes como Rudolf Rocker, Fenner Brockway, Pierre Besnard, Manuel González Prada o Kurt Wilckens; y análisis de textos de grandes pensadores anarquistas como Malatesta, Bakunin o Kropotkin. Los temas más referidos fueron: federalismo anarquista, organización revolucionaria, colectivizaciones y socializaciones, estructura sindical, solidaridad de clase e internacional y antirreformismo.

Por otro lado, existían un par de secciones fijas, una de crítica literaria -con comentarios principalmente de Ruffinelli y Gomensoro– y otra de efemérides en las que se recogían biografías de anarquistas y pre-anarquistas históricos como Gustavo Landauer, Juan Grave, Saint Simón, Max Stirner, Saverio Merlino, Giacomo Matteoti, Voltairine de Claire, Carlos Cafiero, etc.

Lema

Tampoco faltaba el contenido más actual sobre el estado de los sindicatos, las convocatorias de huelga, los manifiestos de la USU y de la FORU, comunicados de las Federaciones anarquistas y obreras de Chile, Argentina, Perú, Brasil, Paraguay o México, así como de la AIT o de la Federación Antiguerrera de La Plata.

Todos estos contenidos se completaban con las aportaciones propias del equipo editorial, la mayoría de ellas referidas a las táctica y métodos anarco-sindicalistas, a las crítica de la escuela uruguaya, a las posiciones anticoloniales respecto a África, al anticapitalismo, a la represión del movimiento obrero internacional, a los presos sociales (con especial atención a Simon Radowitzky), a las huelgas en Uruguay (de panaderos, carboneros, artes gráficas, sombrereros, tabacaleros, de ferroviarios, de carpinteros, de calefaccionistas, de estibadores…), a las universidades populares, al estado de las organizaciones libertarias de estudiantes, a las críticas a la revolución rusa, a los congresos anarquistas internacionales, y al estado de la guerra y la revolución en España, esto último gracias a las notas enviadas por la CNT-FAI y sus órganos de prensa.

Esfuerzo Primera pág, n-8

Esfuerzo

Si bien a partir del número 2 la revolución ibérica ocupó un lugar destacado, fue a partir del octavo (enero-febrero 1937) cuando pasó a ocupar uno central. Este hecho coincide con otro que marcará el futuro de la propia publicación, la marcha a Barcelona de cinco de sus miembros, es decir, Tufró, Gomensoro, Bottero, Cotelo y Ruffinelli. Como señaló en su día Luce Fabbri, la salida de casi la totalidad del equipo de redacción fue un punto de inflexión del que la revista no se pudo recuperar. A todo ello, se le sumó otro factor nada desdeñable,  los problemas financieros.

En noviembre de 1937, el editorial alertaba de ello y pedía el apoyo económico de los trabajadores uruguayos.

Así como la emancipación de los trabajadores debe ser la obra de los trabajadores mismos, la propaganda libertaria debe ser sostenida con la contribución de todos los que se dicen ser amantes de la justicia”.

Sin fuerza económica para continuar, en mayo de 1938 salió el último número, el 14. En su editorial cierran (por entonces de forma temporal) con el siguiente texto:

La suspensión temporal de ESFUERZO obliga a dar una breve explicación a los innumerables amigos y lectores que han inquirido las causas de este paréntesis. Quizá algunos no puedan comprender bien, la verdadera causa y razón, tomando su conducta particular como índice de la actitud colectiva de los compañeros y suscriptores. Pero la verdad es otra bien distinta, y debemos decirla con entera franqueza: ESFUERZO suspendió su aparición por la informalidad de muchos de sus suscriptores, que no cumplen con la obligación económica que voluntariamente han contraído. La aparición regular de la revista durante dos años, ha probado hasta a los más pesimistas, que nuestra colectividad tiene recursos bastantes como para sostener económicamente una publicación de esta índole. Lo único que falta es responsabilidad. Que cada uno haga su examen de conciencia y se pregunte si cumple con los deberes mínimos que impone la obtención de ideas que no tiene más fuente de recursos que la que espontáneamente le brinda el espíritu de sacrificio de los que consideran útil su difusión. ESFUERZO es desde hace bastante tiempo el único órgano de expresión de las ideas anarquistas y completa la labor de algunos pequeños periódicos sindicales que naturalmente, no pueden rebasar la órbita que le marca su propia función de órganos gremiales. Sus páginas están abiertas para la colaboración que exprese una duda, una modalidad, una interpretación o una orientación dentro de las filas de nuestro movimiento. Es pues una publicación colectiva y no de grupo. Su vida depende de los que estimen necesaria su propaganda. Quien la recibe, debe pagarla. Quien la recibe y no la paga, conspira, no contra la revista, sino contra las ideas y ésto es lo que condenamos. En nuestro ambiente no se debe tolerar la dispersión de esfuerzos y recursos. Cada vez es más necesaria la cohesión de todas las actividades. ESFUERZO que ha tomado algunas medidas para corregir esta anomalía, espera que los que realmente tienen interés en sumar su aporte a la propaganda, tomen en cuenta estas líneas que son una amplia explicación y un llamado.

Finalizada la impresión de Esfuerzo surgieron, como no podía ser de otro modo, nuevas iniciativas en el campo anarquista: ese mismo mes nacía la S.I.A y otra revista, Voluntad.

Esfuerzo-Voluntad